Años de carretera

22 de julio de 2015 Años de carretera

Dirige desde hace 35 años una de las empresas de transporte internacional más importantes del país, que transporta mercadería de todo tipo a Brasil, con excepción de líquidos y congelados.

Desde joven estuvo vinculado a la actividad empresarial. A los 23 años, –cuando se encontraba cursando Facultad de Ciencias Económicas–, accedió al cargo de director del Frigorífico Carrasco.

En 1978 comenzó a representar en Uruguay a empresas de transporte que operaban en Brasil. Es que el establecimiento cárnico lo vinculó y le permitió conocer el negocio por dentro. En 1980 fundó su propia empresa de transporte de carga. Ello no le impidió tener otras actividades; en 1988 accedió al cargo de director de Operaciones Internacionales en la paulista Tegma - Gestão Logística, en el que continúa.

Comas Arocena cuenta con 45 empleados administrativos entre San Pablo, Chuy y Montevideo, a los que se suman 20 en la parte operativa, y entre 70 y 80 choferes. Cuenta con flota propia pero, además, contrata camiones.

¿Cómo es hoy la situación del transporte de carga?

Ha cambiado muchísimo. En los orígenes, cruzar la frontera era una patriada y podías estar unos 10 días. No había sistema de comunicación. Hoy tenés el celular, y en tres horas estás en el Chuy. Con el Mercosur, los volúmenes de intercambio aumentaron, y se ha profesionalizado la Aduana. La traba que tenemos es del lado brasileño. A veces pasás ocho horas para cruzar un camión, y en Uruguay te lo liberan en media hora.

¿Cuáles son los desafíos?

Tenemos asimetrías con los países de la región. Por ejemplo, en Brasil hay mucha informalidad, no se controla mucho a los choferes y el estado de los vehículos. Y acá hay un gran control. Todo lo que se resuelve en el Subgrupo 5, del Transporte Internacional del Mercosur, acá se hace cumplir y en los otros países no. Eso provoca falta de competitividad con las flotas extranjeras. No puedo empadronar un camión sin la certificación de la Sociedad Uruguaya de Control Técnico de Automotores, que es monopólico. Eso no es sano, porque no hay competencia. Una sola empresa hace revisiones de los vehículos, y debería haber varias desparramadas en el interior. Tenemos una queja grande hacia el gobierno en ese tema.

¿Y en materia de informalidad?

Hay mucha todavía. Y, sin embargo, a las empresas de transporte profesional, que somos grandes contribuyentes, nos miran con lupa. Las informales no compiten en volumen, pero sí en precio. En este país, cada vez que se ha controlado, ha sido para mejorar.

¿Cómo se encuentra la actividad con Argentina y Brasil?

En 2015 viene cayendo. Se ve, sobre todo, en las exportaciones. Han caído los volúmenes más en las operaciones hacia Argentina que para Brasil. En la importación no tanto porque no se siente aún la crisis. La gente sigue con el mismo comportamiento de importación que los años anteriores.

¿Cómo evalúa el estado de las rutas?

Trabajamos mucho con la ruta 9 porque el 80% de las operaciones se hacen por Chuy, y su estado es espectacular. También usamos la 8, y es perfecta.

Sabemos que hay rutas destrozadas, sobre todo las que van de Este a Oeste.

Hace poco viajé de Chuy a Rivera, y fue un padecimiento.

¿Cómo se encara el próximo convenio salarial?

El transporte internacional tiene un convenio colectivo de cinco años que vence en diciembre. Negociamos para que se aplique el próximo desde el 1º de enero de 2016. Tenemos una muy buena relación con el gremio en la manera de encarar las cosas. No hay rispideces.

La idea es llegar a un convenio de entre tres o cinco años.

Las condiciones de trabajo ya las negociamos, y se aplica, por ejemplo, lo que dispone la ley de nocturnidad, que incluye un aumento del 20%. El acuerdo con el sindicato lo tenemos sacramentado.

¿Están suficientemente profesionalizados los Recursos Humanos?

Creo que les falta. El chofer uruguayo es trabajador y responsable. Es una mano de obra con la que se convive con tranquilidad. Tenemos choferes de hace más de 20 años y son patrimonio de la casa. No tenemos gran rotatividad. Tenemos una forma de trabajar que a la gente le gusta. Lo que ha profesionalizado más es el camión porque es más computarizado, y el chofer tiene que hacer menos esfuerzo. El chofer es la imagen de la empresa ante el cliente. Por eso, le damos un uniforme, en acuerdo con el sindicato.

Fuente: http://www.elobservador.com.uy